Los chismes de oficina siempre son un pequeño entretenimiento para los pobres asalariados que pasan horas entre cuatro paredes, ese chismorreo se intensifica cuando se abre una vacante de Editor y al mismo tiempo llega un hombre de ensueño, de esos altos, buen cuerpo y un rostro tallado por los mismos ángeles o un demonio según se mire. Aquí es el punto de encuentro de Victoria Páez y Julio Luján dos almas destinadas a… ¿odiarse?
Victoria es una mujer fuerte, decidida dispuesta a luchar por lo que se merece y ganarse un lugar en la editorial por sus propios méritos. Para ello tiene que renunciar a su familia (que la verdad no es un gran sacrificio después de cómo fue tratada), a su apellido y sobre todo a su femineidad (posee una belleza estereotipada, rubia, delgada pero con curvas y es de esas que llaman la atención del sexo opuesto sin proponérselo); no esta dispuesta a que se menosprecie su trabajo o ser tratada de manera especial por su físico o antecedentes familiares.
Al abrirse la vacante de Editor para la nueva revista, esta segura que el puesto será suyo, por fin una recompensa a todo su esfuerzo iba a ser perfecto haría una revista de investigación, con artículos científicos y de interés, sería algo intelectual, pero al alcance de la población en general, ¿Qué? Tiene que compartir el puesto de editor con el gigolo hijo de papi que no sirve para nada excepto para endulzar oídos y encantar con esa sonrisa del demonio.
Julio el hijo menor de un magnate hotelero, nunca a tenido la necesidad ni ganas de trabajar, ¿Qué hace? Estudiar, estudiar y estudiar, es lo que más le gusta hacer, siempre está tratando de aprender cosas nuevas y es algo que le encanta, aparte de eso disfruta de la compañía de las mujeres, pero sin comprometerse con ninguna y tampoco como lo han exagerado los medios. Su vida cambia cuando su padre le pone un ultimátum y se ve forzado a trabajar, por primera vez, como co-editor de una nueva revista.
Su nuevo puesto no estaría tan mal si esa mujer no fuera tan insoportable y le tocara las pelotas cada que tuviera ocasión, además menosprecia todas las ideas y cree que no sirve para nada, como si sus años de estudio y los diplomas fueran falsos o peor comprados. Si tan solo fuera un poco más atractiva o mínimo agradable toda la situación seria más tolerable.
Desde el primer encuentro saltan chispas entre ellos, no de las buenas, comienzan una guerra para saber quien tiene más poder y así lograr que uno de los dos renuncie. Pero ambos son unos profesionales y no van a permitir que la nueva revista sea un fracaso, tendrán que dejar sus diferencias atrás (aunque sea por un momento) y determinar el estilo, las secciones, delegar responsabilidades y demás, teniendo claro el objetivo principal, ser el único editor.
Con el trato diario, ambos se dan cuenta que son más de lo que parece a simple vista, él al parecer tiene cerebro y sentimientos, ella es atractiva y tiene una vulnerabilidad adictiva. Aunque su relación no es fácil, se respetan y seden cuando es adecuado, logrando entre ellos una complicidad y atracción, ya saben con el estímulo correcto las chispas pueden crear fuego.
Los sentimientos están en constante evolución, ya no sólo se tratará de sexo o simple atracción se convertirá en juegos, en cosas en común, caracteres similares hasta convertirse en algo profundo y verdadero. Aunque para llegar al final feliz tendrán que vencer grandes obstáculos como la confianza, el orgullo y el miedo.
Al ser una novela romántica, el lector sabe de que va desde el inicio, claro todo depende de la variante en la historia y la pluma de la autora. Aquí es donde radica la autenticidad de este libro. Miscelánea es divertida, con diálogos fluidos, situaciones incómodamente graciosas y escenas sexuales explicitas sin llegar a lo vulgar, esas siempre se agradecen.
Es una historia que sabe a que genero pertenece y se aferra a eso, a dar lo que se espera, romance, bromas, tensión y un final satisfactorio, aunque con ganas de más. Es lo primero que leo de Ana Álvarez, me ha dejado un buen saber de boca seguiré con sus novelas y a ver que tal.
Ya saben, uno no sabe con lo que se va a encontrar.
No hay comentarios: